
Por Hans Rothgiesser
Durante la segunda vuelta vimos cómo líderes de opinión hacían público su apoyo a Perú Libre y trataban de compensar los temores de lo que un gobierno de dicho partido marxista leninista implicaba. Uno de estos insistió en que no había problema, porque Castillo iba a deslindar de Cerrón, ya lo veríamos todos. Y que eso era todo lo que hacía falta. Luego, cuando salió elegido y no deslindaba nada, este personaje aparentemente se quedó sin internet, porque no comentaba nada de la presencia de Cerrón en todos lados y de sus declaraciones y de su clara influencia en el presidente.
Ahora que el año se acaba y algunas proyecciones de cifras económicas se han estado haciendo conocidas -por si acaso, el PBI del 2021 aun no ha sido publicado por el INEI, por lo que el número que el ministro Francke ha estado paseando no es oficial, sino su estimado… y ya todos sabemos las duras críticas que le han hecho básicamente todos a sus estimados excesivamente optimistas- personajes como el mencionado de pronto tienen internet de nuevo y se atreven a burlarse de los que estamos preocupados por la situación económica. A estos líderes de opinión hay que hacerles varias aclaraciones urgentes.
Primero, que es vergonzoso que sigan haciendo comparaciones con el 2020. Ya se ha aclarado hasta el cansancio. Gracias a esas malas medidas que ustedes también defendían de un presidente preocupado por seguirse peleando con el Congreso y de una ministra de economía que elevaron a nivel de rockstar, el Perú tuvo uno de los desplomes económicos más pronunciados del mundo. Del mundo. O sea, de las más de 150 economías del mundo, nosotros fuimos una de las peor manejadas durante la pandemia. Toda esa discusión sobre bonos, sobre encierres marciales, sobre sectores privados con los que por supuesto que no había que colaborar, etc, etc, nos llevó a mayor desempleo, más pobreza, menores ingresos para las familias, etc. ¿Es ése el comunismo que te prometieron? No, es la pobreza que genera la promesa, que es distinto. Pero tú síguela defendiendo.
Medir el crecimiento del 2021 tomando el 2020 como base es indicativo de que el sesgo ideológico es más poderoso que la aritmética. Ten la decencia profesional de tomar el 2019 como base. Que tampoco es ideal, porque el 2019 fue un año económicamente mediocre, pero por lo menos no es vergonzoso.
Segundo, recién han pasado seis meses. Por supuesto que el comunismo aun no se ha impuesto. Y una de las razones por las cuales no se impone tan rápidamente es justamente porque gente está haciendo la resistencia en distintos frentes. Cuando la historia cuente lo que pasó en estos seis meses registrará a los que nos opusimos a este gobierno e hicimos algo al respecto, así como a los que llamaron a votar por Perú Libre para después quedarse en silencio mientras cometía acto de corrupción tras medida destructiva tras nombramiento espantoso. Esos que reaparecen luego para burlarse.
Los analistas serios coinciden en que la inversión privada no va a crecer en el 2022. Y la manera como está estructurada nuestra economía dicta que el crecimiento económico dependa en buena medida de la inversión privada. Gobiernos recientes que pretendieron reemplazar inversión privada por gasto de gobierno no obtuvieron buenos resultados, como era previsible. Pedro Castillo y sus lugartenientes van a intentarlo otra vez, para lo que nos están endeudando cada vez más y para lo que necesitan crear nuevos impuestos. No, éste no es el comunismo que te prometieron, gracias a dios.