
Por: Iván Arenas
Las Bambas enfrenta ahora dos bloqueos, el primero de ellos en Coporaque (Espinar, corredor minero) y el segundo en Paruro. Días atrás, otras dos comunidades -una en Challhuahuacho y la otra en Urinsaya, en Cusco. Cuajone, la operación minera en Moquegua, productora de cobre, lleva bloqueada alrededor de 28 días y 20 días sin agua potable, porque algunos dirigentes han dejado a la población que lleva el nombre de la operación -Cuajone- decidieron cerrar el suministro, un acto radical que no merece mayor explicación y sí todo el rechazo.
Enumerar las pérdidas de Las Bambas generados por los bloqueos, a estas alturas, ya parece un ejercicio común. Moquegua, en cambio pierde más de 9 mil toneladas de cobre sin procesas y pierde alrededor de 4.8 millones de soles por movimiento de la economóa y deja de percibir, solo en impuestos, alrededor de 6 millones por impuestos.
Las Bambas, representa casi el 1% del PBI, Cuajone entre el 0,7% y 0,8%. Entre ambas hacen alrededor de 2% del PBI que en otras palabras sería más o menos 2 mil millones de dólares y más de 7 mil millones de soles. Semejante dineral está en veremos en un momento crucial para la economía nacional: el precio del cobre no se ha depreciado y continúa en promedio, en alza.
¿Qué hace el gobierno de Pedro Castillo en Moquegua y Apurímac para detener el drenaje de perjuicios? Literalmente poco o casi nada. No tiene una estrategia para gestionar los conflictos y sobre todo no tiene la autoridad para reestablecer el orden y el estado de derecho.
El gobierno actúa tarde o actúa muy poco. Mientras todo ello ocurre, Vladimir cerrón tiene un feudo llamado Ministerio de Energía y Minas, una parcela en la que ha colocado a gente de su total confianza, quienes lo acompañan desde Junín. En otras palabras, el Minem es ahora parte del botín de guerra de quien se dijo no sería ni portero. Hoy es, literal, el ministro de Energía pero en la sombra.
La oposición en el Congreso ha soslayado lo que ocurre en Moquegua y Apurímac. Todo indica que como los niños de Cuajone (que hoy no tienen agua potable y compran bidones de agua en Moquegua) adolecen de buena prensa, no existen. Todos están negociando la vacancia. El detalle es que la conflictividad irá para peor y en aumento. Quizá mañana informemos de una operación minera cerrada con la resignación pero hasta ahí nomás.