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Belmont, el asesor que no fue

Por: Luis Nieva

 

Los talleres de género de la ministra de la Mujer, Anahí Durand y el pin LGBTIQ+ del ministro de Economía, Pedro Francke, han sido la muestra perfecta de cómo el Gobierno de Pedro Castillo sigue teniendo un doble discurso respecto al machismo y homofobia. Aunque nunca se concretó el nombramiento de Ricardo Belmont como asesor presidencial, anunciado por el propio presidente de la República, Pedro Castillo, en La Cuestión nos tomaremos el tiempo de repasar y condenar todos los hechos misóginos, homófobos y xenófobos que protagonizó y sigue cometiendo Belmont, y que nos hace pensar que el jefe de Estado comulga con estas ideas. Recordemos que no es la primera vez que Castillo se rodea de este tipo de personajes, ya lo hizo antes con Guido Bellido a quien nombró, nada menos, que presidente del Consejo de Ministros.

Homofobia

Luego de que Francisco Sagasti asumiera como presidente de transición, Ricardo Belmont no tuvo mejor idea que atribuirle este hecho al “poder gay”. “Pero que el poder gay se instaló, se instaló el poder gay ayer. La prensa aplaude ¿saben por qué? Porque el poder gay controla la televisión y la prensa”, dijo Belmont a través de las redes sociales. En el video también suelta una frase homofóbica condenable, “yo estoy de acuerdo que sean gays, pero no que institucionalicen la mariconada”.

Misoginia

Ricardo Belmont ha sido candidato a la alcaldía de Lima en las últimas elecciones de 2018. Postuló con el partido Perú Libre, por eso no es extraño que Pedro Castillo lo haya convocado como su asesor presidencial. Durante esa campaña electoral Belmont llevó el machismo a flor de piel. En unos de sus mítines dijo que él no era “cosito” (en referencia a Ollanta Humala), pero que su esposa “le tocaba la cosita”. Su doble sentido, incluso, lo usaba para atacar a mujeres periodistas, como en este video que compartió la reportera de Canal N, Stefanie Medina. Aquella vez Belmont insinuó que había pasado la noche con la mujer de prensa, algo que, inmediatamente, Medina refutó y el candidato tuvo que disimular su respuesta.

Xenofobia

La homofobia y misoginia no fue lo único que estuvo presente durante la campaña electoral de Belmont. «Que los peruanos que adoran a los venezolanos abran un cuarto en sus casas, una cama, y que los reciban para que sean consecuentes con su idea. Yo no meto a un extraño a mi casa», dijo el excandidato municipal en un claro acto de xenofobia. Eso sin contar que el partido con el que postulaba, Perú Libre, y su líder Vladimir Cerrón son acérrimos defensores de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Pero Belmont, no es el único miembro del partido de Gobierno que ha tenido actitudes xenófobas, el exalcalde de Huancayo, Henry López, también lanzó en 2019 una ordenanza que decía “Huancayo, libre de venezolanos”.

Antivacunas

Con todos estos antecedentes, la única explicación para que Pedro Castillo haya anunciado con bombos y platillos que Belmont sería su asesor presidencial es que el jefe de Estado comulga con las ideas de este personaje. El problema es que estamos hablando de quien dirige a la Nación en plena pandemia por el Covid19 y sucede que Belmont ha sido un negacionista de la enfermedad y un antivacunas confeso. ¿Qué garantías tenemos, como país, de que el mandatario tomará buenas decisiones en las políticas de salud con un asesor que le susurra al oído falacias y teorías de la conspiración? La respuesta es: ninguna.

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