
En entrevista con La Cuestión, el congresista de Avanza País, Diego Bazán, habló de su apoyo al proyecto de adelanto de elecciones generales, de las denuncias constitucionales a Dina Boluarte y Pedro Castillo que podrían devenir en inhabilitaciones para el ejercicio de cargos públicos, así como el proyecto anunciado por el Ejecutivo para eliminar la inmunidad a todos los altos funcionarios del Estado peruano.
Explíquenos su apoyo al proyecto de adelanto de elecciones
Es algo que yo no vengo refiriendo hace pocos días, sino hace varias semanas. El tema en el país, la crisis política resulta insostenible producto de las malas decisiones del presidente Pedro Castillo. A mí no me cabe duda que es un incapaz moral para seguir gobernando el país. Desde el Congreso deberíamos utilizar las herramientas constitucionales que tenemos, en ese sentido, la vacancia resulta más razonable o, incluso, de someterlo a un juicio político que, finalmente, desencadene en su suspensión de funciones o su inhabilitación. Sin embargo, vemos que todavía no existen los consensos. Las fuerzas políticas siguen divididas, no tenemos esos 87 votos que se requieren.
Propuso rebajar la cantidad de voto para la vacancia ¿Por qué dejarlo de lado?
En realidad no lo estoy dejando de lado. El proyecto lo tengo listo. De 87 a 78 que no es una reforma constitucional, sino una modificación al reglamento del Congreso, que solo requiere 66 votos. Sin embargo, he tanteado el panorama y conversado con otros congresistas y ahora no es el momento. Pero me he querido sumar al proyecto de adelanto de elecciones porque creo que la calle también lo dice. Hay un cansancio nacional por la clase política, por el Ejecutivo, pero también el Congreso ha sufrido un desgaste. En ese sentido, ante la inacción de no poder utilizar las otras herramientas de manera inmediata, yo creo que es un proyecto que no debemos dejar pasar. No es un procedimiento que se va a aplicar el día de mañana, es un procedimiento que podría demorar entre 12 a 14 meses. Requiere de dos votaciones en dos legislaturas diferentes con 87 votos o que requiere 66 votos y un referéndum.
La fórmula de los 87 votos es prácticamente una vacancia, entonces no se puede. ¿Optarían por los 66 votos más referéndum?
Eso sería perfecto, un ideal, no es complicado, le daría legitimidad a la situación, porque finalmente, la población elegiría cuál es el destino para el país y no dudo que la población va a elegir que este presidente se vaya porque no da la talla para el cargo.
Desde Perú Libre hay rechazo porque el adelanto de elecciones significa que Castillo debe dejar el poder. ¿La otras bancadas qué opinan?
No es fácil, es un tema bastante complicado, pero tampoco es un imposible. Hay que recordar que hoy solo existen dos firmas, la de la congresista Susel Paredes y mi firma, requieren cinco firmas recién para recién proceder a ser un proyecto realmente viable, en ese sentido seamos cautos todavía. Esperemos. Me he querido sumar porque creo que sería incongruente, en algún momento el congresista Alejandro Cavero, individualmente, impulsó un proyecto, posible, del tema de adelanto de elecciones, sin embargo, no lo llegó a presentar, creo que todavía está analizando el tema. Sin embargo, cuando a mí me consultan si usted está de acuerdo con este tema, ¿por qué no se ha adherido al proyecto de la congresista Paredes? Correcto, yo impulso ese tema y sería incongruente que yo no me sume a un proyecto del cual yo vengo hablando, ese es el gran problema de nuestro país, decimos mucho y finalmente no actuamos.
¿Qué piensa de inhabilitar a Dina Boluarte y luego a Castillo? ¿Sería otra salida? El presidente tiene más del 70 % de desaprobación. ¿El camino sería las inhabilitaciones?
El tema de la señora Dina Boluarte es claro. Ella ha cometido un error bastante grave, es una falta constitucional. El artículo 126 de la Constitución es clarísimo, ella no podía pertenecer a un accionariado, tener alguna representación, un conflicto de interés. En ese sentido, no hubiera pasado absolutamente nada si la señora hubiera dejado de firmar esos documentos del Club Apurímac, sin embargo, los hizo y eso conlleva a una responsabilidad política. Ella tiene que pagar su responsabilidad política, la subcomisión determinará cuál debería ser el castigo para ello y finalmente votaremos en el Pleno. La Contraloría General de la República ha tenido contundencia al momento de acusar. En ese sentido, ha investigado y ha encontrado responsabilidad. Sería una vergüenza que el Congreso de la República no encuentre la misma responsabilidad.
La inhabilitación a Castillo también está pendiente. ¿En un escenario así correspondería al próximo presidente del Congreso asumir la jefatura del Estado?
Pido celeridad a la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. El presidente o la presidenta que le toque en su turno, en su momento, tiene la responsabilidad absoluta de convocar a elecciones de manera inmediata. No ha sido elegido como cabeza del Legislativo para quedarse en el cargo, ni siquiera por algunos meses, la convocatoria tiene que ser inmediata, la población exige un cambio de la clase política que obviamente tiene que venir con reformas sustanciales en el tema electoral.
Con el adelanto de elecciones se van todos. ¿Usted está dispuesto a ese sacrificio?
Vengo de la parte privada. Si tenemos que sacrificarnos, lo vamos a tener que hacer finalmente. Primero hay pensar en el país. Estaríamos sometiendo al país a años muy duros. Lo que se viene es realmente preocupante, desde la mente del presidente de la República, de la gente que lo rodea, principalmente, del señor Cerrón, está el tema de instalar una Asamblea Constituyente de facto. Ellos no quieren gobernar por 5 años, ellos quieren perennizar su mandato. En ese sentido, si nosotros no tomamos decisiones y somos contundentes, podríamos llevar al país a años bastante duros y los que finalmente pagarían las consecuencias serían las futuras generaciones, nuestros hijos.
¿Se podrían alcanzar 66 votos? Se hablaba también de un proyecto de solo recorte de mandato presidencial.
Lo veo bastante complicado. Presentar un proyecto de solo adelanto de mandato presidencial, obviamente, tendría contentos y le generaría cierta valentía a un grupo de congresistas que aún no tomas decisiones. Pero hay que ver la legitimidad que tendría el Congreso luego de una posible salida del presidente. Lo primero que conseguiríamos es que un posible proceso, Castillo se victimice e indique: «mira el Congreso se quiere quedar y sin embargo, quiere sacarme». Y luego de, realizada la salida del presidente, no vamos a tener legitimidad como Congreso, entonces hay que entender que el mandatario que venga, si es que nosotros nos quedamos, no tendría representación parlamentaria, no tendría cómo gobernar, el Congreso o la bancada oficialista resulta ser un sostén importante para cualquier presidente.
Vizcarra presentó una proyecto de adelanto de elecciones. El premier Aníbal Torres también deslizó esa posibilidad. ¿Usted tiene la sospecha de que si el Congreso no lo presenta, podría ser que el presidente Castillo lo haga?
Sí, indudablemente. Con la experiencia que ya se tiene, es lo que pretendió utilizar, en algún momento, Pedro Castillo. Más que el presidente, no sé si él tenga la capacidad para definir estos temas políticos, pero la gente que lo rodea sí probablemente. Tengo entendido que esa es una de las preguntas a la interpelación que se está planteando a Aníbal Torres. Por nuestra parte, tenemos que ser contundentes, tomar decisiones. Creo que el Congreso, desde algunas bancadas, está un poco tibio, espero que no sea por intereses particulares o de bancada. Invito que piensen primero en el país.
¿De sentirse acorralado Castillo podría usar el adelanto de elecciones como distractor?
Ha tenido varios distractores que han terminado golpeando al Congreso. Cuando suceden los temas de violaciones contra menores de edad, planteamiento de la castración química. Ahora el tema de la Asamblea Constituyente, ahora el tema de adelanto de elecciones. Estos temas los va a seguir planteando el Ejecutivo, es parte de su estrategia que conduce a lo mismo, instaurar una Asamblea Constituyente, porque hace pensar que el Congreso es un Congreso inactivo y que solo se dedica a hacer control político y fiscalizar.
Ahora el Ejecutivo también habla de un proyecto para eliminar la inmunidad a todos los funcionarios de alto nivel y del propio presidente.
Nosotros no tenemos inmunidad. El que es verdaderamente inmune en el país resulta ser el presidente de la República. Ahora, quiere eliminar la inmunidad, es simplemente palabras, no es la verdad, él no quiere irse a la cárcel. Ese, precisamente, es el temor más grande que tiene el presidente, por eso hasta el día de hoy no renuncia a ser presidente.